Microplásticos: un riesgo evitable para la Economía Circular del neumático
Por Alejandro Navazas, asesor científico y legislativo de EuRIC
Uno de los primeros pasos en la Unión Europea (UE) para reducir la presencia de microplásticos en el medio ambiente es la prohibición de aquellas aplicaciones que presenten microplásticos añadidos intencionalmente con un riesgo, no evitable, de su liberación al entorno natural. Por ejemplo, cosméticos, pinturas, detergentes etc., y también el material de relleno utilizado en campos sintéticos multifuncionales (futbol, rugby, hockey…). Es en esta aplicación, en dónde nos encontramos con la paradoja entre reciclar o incinerar, donde apelo al problema de la economía circular de los neumáticos fuera de uso (NFU).
Y es que, el principal destino del caucho reciclado procedente de NFU es su uso como material de relleno en campos de césped artificial. Ésta es, a día de hoy, la mejor opción de relleno en cuanto rendimiento y seguridad, la más económica y además la más sostenible, puesto que sustituye a las materias primas y evita los impactos ambientales asociados a su extracción, más allá de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, es en este punto de sostenibilidad donde se puede y debe trabajar más para evitar la liberación de microplásticos.
Como recicladores, compartimos y expresamos nuestro apoyo a los objetivos de la UE: la contaminación del medio ambiente por microplásticos es inaceptable. Por ello, y dado que la sostenibilidad es parte de nuestro ADN, llevamos desde hace años, junto a toda la cadena de valor, trabajando en el desarrollo e implementación de medidas de contención en campos artificiales (barreras perimetrales, felpudos de limpieza para botas, adecuación sistemas de filtrado…), medidas recogidas en el informe técnico CEN/TR 17519 del Comité Europeo de Normas (CEN). De esta manera, y a diferencia de otras aplicaciones, la liberación de microplásticos desde campos de césped artificial sí es evitable, ¡hasta un 98%!. Pero este esfuerzo aislado no es suficiente y por eso animamos a la Comisión Europea (CE) a introducir obligatoriamente medidas correctoras en campos artificiales para evitar las emisiones de microplásticos, una de las opciones propuestas por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).
En caso contrario, una prohibición injustificada de este material de relleno, presente en más del 80% de los campos de césped artificial de la UE, tendría un gran impacto social, limitando enormemente la capacidad de practicar deporte, y un gran coste económico debido a la falta de alternativas viables. Además, supondría un futuro incierto para los más de 50.000.000 de NFU reciclados anualmente en esta aplicación. Aún en 2021, por cada neumático que se recicla mecánicamente, hay otro que se destina a valorización energética. Por tanto, sería necesario buscar alternativas basadas en la valorización energética, incineración, exportación o incluso almacenamiento sin provisión de salida.
En EuRIC, confiamos en que prevenir una mala gestión de los NFU será el punto focal de la decisión de la CE. Reducir las emisiones de microplásticos al medio ambiente y los objetivos de la economía circular pueden coexistir y así lograr minimizar el impacto medioambiental de los microplásticos y los NFU. Una sinergia clave para alcanzar los objetivos establecidos por el Pacto Verde Europeo. Además, en la UE, aún existe un amplio margen para impulsar el reciclaje de los más de 300.000.000 de NFU generados anualmente, que entrelazados podrían dar la vuelta al mundo, y sobrepasar los cuellos de botella legislativos, tecnológicos o de mercado que representan respectivamente incertidumbre, falta de I+D+i y ausencia de incorporación de contenido reciclado; puntos clave a tratar para alcanzar una economía totalmente circular.
