La nueva década
Un amigo mío decía que comenzar una nueva década siempre era algo emocionante. Parece que podemos “reiniciar” el contador, abrir nuevas oportunidades. Nos gusta creer que todo será diferente y mejor. Las dos últimas décadas estuvieron llenas de desafíos y dificultades, pero sobrevivimos. Es más, creo que incluso salimos más fuertes y con un mayor reconocimiento hacia nuestra profesión por parte de todos los estamentos de la sociedad.
La nueva década, siendo honestos, no parece ser más fácil. Hemos comenzado con una pandemia jamás conocida por los que actualmente habitamos el planeta y hemos aprendido que la humanidad tiene que encontrar soluciones para mitigar el cambio climático y garantizar el futuro de las próximas generaciones.
Sin embargo, como sabéis, suelo ser positiva y llena de optimismo. Confío en que encontraremos suficiente sabiduría para transitar hacia un futuro verde, digital y resistente, es decir, hacia el futuro de la próxima generación de Europa. El reciclaje es una industria inclusiva que proporciona empleos locales y que puede contribuir significativamente a la reindustrialización europea impulsando las cadenas de valor circulares.
Lo que nosotros, recicladores, hacemos a diario, con orgullo y profesionalidad, no sólo contribuirá a un futuro mejor, sino que finalmente seremos valorados y reconocidos como motor de la recuperación verde europea, en donde la lucha contra el cambio climático y la biodiversidad serán un pilar clave de la estrategia económica.
Al convertir los desechos en materias primas secundarias y reducir la dependencia de nuestra economía de las materias primas primarias, la industria del reciclaje desempeña un papel vital en la economía circular. Además, el reciclaje ahorra una cantidad sustancial de CO2 y energía. El reciclaje es, por lo tanto, un sector clave para el futuro de cualquier país.
Un futuro, en donde habrá que invertir en tecnología para impulsar la recuperación a través de industrias innovadoras y limpias. Como sector, nos esperan algunos retos ineludibles, como la verdadera economía circular, la transición ecológica, la mejora del modelo educativo y formación profesional, o la transformación digital, que deberíamos afrontar desde el liderazgo de manera perentoria. El ecodiseño además es uno de los grandes retos de los productores de bienes de consumo y deben aunar todos sus esfuerzos en fabricar bienes que sean fácilmente reciclables, tanto en materias primas empleadas como en el desmontaje de los bienes para facilitar la reparabilidad y la reusabilidad.
Y también tenemos que tratar cuestiones muy cotidianas, pero a su vez trascendentales para nuestro sector, como nuestro Convenio colectivo que hemos firmado en 2019. Es el documento más significativo en cuanto a las relaciones laborales se trata y nos ofrece paz social y dignidad humana para los próximos 3 años, aspectos todos ellos que debemos valorar en estos tiempos.
Por último, quiero dar las gracias a todos los socios de FER que hacen posible la existencia de esta Federación y nos permite luchar por sus intereses con todas nuestras fuerzas y conocimientos.