Nuevo marco normativo hacia la circularidad de los envases
Por Begoña de Benito, directora de Relaciones Externas y RSC de Ecoembes
España ha asumido el reto de acelerar la transición hacia la economía circular, propuesto por la UE, a través de un proceso irreversible y urgente en su aplicación. La próxima ley de Residuos y Suelos Contaminados no solo está llamada a lograr la circularidad de todos los recursos sino, y lo que es aún más importante, a consolidar uno de los más poderosos vectores de desarrollo económico y social, generación de empleo, competitividad y lucha contra el calentamiento global de nuestra era reciente.
El impacto de la futura Ley, así como del Real Decreto de envases que derivará de ella, será sistémico, profundo y transformador. Los nuevos objetivos y obligaciones para todos los sectores productivos del país acarrearán importantes cargas y costes, que es fundamental sirvan para hacer más y mejor, en base a un seguimiento y evaluación del cumplimiento de las metas marcadas por la UE.
Precisamente la profundidad y transversalidad de este impacto hace imprescindible la necesidad de una norma que contemple, de manera lo más explícita posible, una adecuada justificación de objetivos y la definición de las medidas para alcanzarlos. El principio básico para una transición justa es el principio de proporcionalidad, en fondo y forma. Sin estos dos factores -prioridad de objetivos y proporcionalidad- aumentaría el riesgo de ruptura de algún eslabón de la cadena de valor, o aumentaría la inoperancia de las normas por imposibilidad de cumplimiento, y no podemos dejar a nadie atrás y todos somos necesarios para que esta transición sea efectiva, transversal y justa en todo el Estado.
Tampoco debemos perder de vista que las reformas normativas en la Hoja de Ruta de la Comisión Europea van a ser intensas en los próximos años, en los relativo a envases, residuos y circularidad de la economía. En este sentido, que todos los países de la UE avanzasen de forma armonizada sería la mayor garantía para sus ambiciones, y de ahí que la transposición de Directivas comunitarias a las normativas nacionales no debería desviarse, por exceso o defecto, de su contenido original y plazos estipulados.
La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) y los Sistemas Colectivos de RAP (SCRAPs), como Ecoembes, contribuyen a la formación de ecosistemas de desarrollo económico, social y ambiental fundamentales para la Economía Circular, tal y como ha señalado la Comisión Europea. Desde Ecoembes queremos alcanzar el 100% de circularidad para todos los envases evolucionando nuestro modelo, tanto a nivel operativo como a nivel relacional.
En primer lugar, impulsando la reducción y la prevención del residuo, en estrecha colaboración con las empresas, AAPP y ciudadanos y, en segundo lugar, apoyando la innovación (ecodiseño, procesos de recogida, tratamiento, reciclado e incorporación de materiales a procesos productivos, …) junto a la transformación digital de la gestión de los residuos y su vinculación a incentivos sociales y ambientales. Trabajamos en soluciones con toda la cadena de valor del envase desde la responsabilidad compartida, incluyendo las Administraciones Públicas, los operadores privados, la ciudadanía y sin duda las empresas recuperadoras y recicladoras cuya efectiva colaboración resulta vital para alcanzarlos, tal y como ha sido hasta ahora.
Por todo ello, necesitamos que la futura Ley de Residuos, el Real Decreto de Envases y posteriores desarrollos normativos vinculados, no sólo se basen en los principios de la buena regulación en lo relativo a, proporcionalidad, seguridad jurídica, transparencia y eficiencia, sino también garantizar una coordinación administrativa y flexibilidad operativa, con una firme protección de la competitividad de las empresas en un contexto caracterizado por una transición global hacia la economía circular y la protección del medio ambiente en todas sus acepciones.